sábado, 20 de noviembre de 2010

Una copa de más.

Caminar con una copa de mas por el borde de un precipicio es lo que me va, eso de retar a mi equilibrio arriesgando mi vida. Beber, para ser sincero, para sacarme unas sonrisas en esos momentos de melancolía, caer y pensar que vuelas y no sentir dolor hasta que despiertas, arriesgar en los momentos en los que no hay palabras y siempre intentar levantarte del suelo cuando ya parece que estas rendido mirando al cielo. Reír, sonreír sin saber, sin comprender, como los niños volver a ver todo como nuevo... y que mejor que eso. Porque de algo hay que morir, ¿no?
Yo sé que es cobarde sentir y solo poder demostrarlo cuando no tengo control sobre mi cuerpo y después no conseguir acordarme del ridículo que hago cuando confieso lo que guardo dentro y que me presiona para salir cuando estas cerca, pero esque por un momento cuando estas ahí siento que el tiempo no significa nada, que simplemente se ha parado conmigo y luego ya es tarde para sonreirte y que tu me devuelvas la sonrisa.

1 comentario:

  1. Beber. Una felicidad ficticia. Vemos lo que queremos ver, nuestro mundo da vueltas.
    Pensamos que es la solución para olvidar, nos equivocamos.
    Nada cambia, solamente que al día siguiente tenemos una perras menos y mucha resaca.

    PD: Gracias por pasarte por mi blog. Yo tambien te sigo. Un buen comienzo cualquier cosa me avisas via tuenti o un mp :)

    ResponderEliminar